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Esperanza de vida

Francisco García

Publicado 21/07/2024

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En el libro de Eclesiastés hay un texto que nos indica, los que estamos vivos sabemos que  hemos de morir. Esa información es clara y directa.

Pero no esta diciendo cuando, ni como, ni donde. Simplemente nos dice que es el destino de todo ser humano.

A pesar del avance de la tecnología y las ciencias médicas, aún no vencemos a las enfermedades que nos llevas directo a  la muerte.

Cada día miles de personas de todos los estratos sociales, de todas las edades, sucumben ante la enfermedad o se enfrentan a la muerte cuando se ven involucrados en algún accidente de cualquier índole.

Existirá alguna esperanza para los que mueren y para los que viven con el dolor de la perdida?

En el evangelio de Juan se nos relata una historia muy interesante, sobre una familia cuyos integrantes de la misma eran amigos de Jesús, Lázaro, Marta y María la integraban, ellos vivían en la localidad de Betania,  cada vez que Jesús pasaba por ese lugar, era bienvenido y lo atendían como uno un miembro más de la familia.

Llegaron a ser muy cercanos con Jesús.

Al pasar el tiempo la enfermedad toca a la puerta de la familia, Lázaro cae enfermo, con el pasar de los días la enfermedad lo consume y lo debilita. Como no se ve mejoría, le envían un mensaje a su mejor amigo, si a Jesús.

Eso nos demuestra que podemos estar muy cerca de Jesús y aún así pasar por situaciones difíciles, esta historia me hace recordar un salmo muy conocido, el salmo 23 en su verso 4

“Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo;
con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento” (RVC)

Nos damos cuenta, en muchas etapas de nuestra vida, nuestro paso no siempre será sobre los pastos verdes, en muchas ocasiones pasaremos por valles llenos de oscuridad y sombras. En esos momentos es donde debemos de hacer valer nuestra confianza de que Dios esta de nuestra parte.

A pesar de que todo se vea cuesta arriba, debemos tener la seguridad de que de una u otra forma Dios nos ayudará a salir de allí.

Y qué si la salida no es la esperada, Al saber Jesús que su amigo estaba enfermo, se detuvo por un par de días y le dijo a sus discípulos que su amigo estaba enfermo, después les indico que “dormía” y que iba a despertarlo.

Cuando las hermanas de Lázaro le enviaron el mensaje a Jesús, quizás esperaban que sanara a su hermano de la enfermedad, pero no sucedió eso. Lamentablemente Lázaro murió.

No pierdas la esperanza, aunque no veas tu milagro, hay algo siempre para los que confían en Dios, al final de cada situación que enfrentas.

Podemos notar que María, su esperanza estaba puesta más allá de esta vida, de lo terrenal, al pronunciar estas palabras

Marta le dijo: «Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final.» (Juan 11:24)

Esa es la fe que nos debe mover, confiar en que todo los que nos sucede nos ayuda para bien. Es tiempo de que apartemos un momento para conocer más a Jesús, saber cuál es el plan para nuestras vidas y sobre todo a confiar en sus promesas, puede que no lo veamos en ese momento, pero Dios tiene un plan para ti y para mí.

Jesús le dijo a María

 Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (Juan 11:25)

¿Crees esto?

Esa misma pregunta debe resonar en nuestra mente y motivarnos a conocer a la persona que lo dijo y conocer lo que ofrece.

Para tener una esperanza de vida, no terrenal, sino eterna.

 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?» (Juan 11:26)

Si has perdido a alguien, guarda la esperanza de verlo nuevamente ya que para Jesús no hay nada imposible.


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