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¿Eres bueno realmente?

Francisco García

Publicado 20/01/2020

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En nuestro caminar en la vida,  sentimos que al no hacerle daño a nadie, comportarnos de una buena manera ante la sociedad y ser buenas personas, lo es todo.

Y de hecho eso es importante, pero sobre todos los asuntos morales, también están los espirituales.

Y eso ¿qué tiene que ver conmigo? te preguntarás, Sigue leyendo y te darás cuenta de que también lo espiritual tiene que ver contigo.
En el mundo en que vivimos, estamos viviendo en medio de una guerra. Quizás no lo sabías.

No, no son los rumores de guerra entre potencias nucleares, ni las guerras internas de los países, nos referimos a otro tipo, una guerra espiritual.

¡Si! El gran conflicto entre Cristo y Satanás, inició en el cielo y se está librando en este mundo, y estamos en medio de ese conflicto, no meramente como espectadores, sino participantes directos que deben tomar un bando.

¿Qué es eso de tomar un bando? Si, en este conflicto no puedes quedarte en medio, cada decisión que tomes, te inclina hacia un lado o hacia el otro.

En el Evangelio de Juan, se presentó un hombre que era dirigente del pueblo de Dios, un hombre que en apariencia era «bueno», pero quiso hablar con Jesús, se acercó de noche al maestro, consultando sobre su procedencia, Jesús le dijo que le era necesario nacer de nuevo para entender de donde venía Jesús (Juan 3:2,3)

Dentro de la conversación Jesús le dio pormenores sobre su sacrificio y como una persona puede ser diferente y alcanzar la vida eterna través de ese sacrificio. De allí se desprende una de las mayores promesas. Respondiendo a la pregunta ¿Cómo he de nacer de nuevo?

Jesús respondió, «de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo único, para que todo aquel que en él cree, tenga vida eterna» (Juan 3:16)

Ese detalle es el que le hacía falta a Nicodemo y es el que nos hace falta a nosotros. Creer en Jesús, para poder nacer de nuevo y ser una nueva persona.
Podemos vivir vidas en las cuales no hagamos daño a nadie, seamos buenas personas, buenos vecinos, etc. pero nos hace falta ese detalle para estar verdaderamente completos. Creer en Jesús.

Creer significa aceptar su mensaje, su sacrificio,  sus enseñanzas, sus mandamientos, su palabra, todo eso regirá nuestra vida de tal manera que podamos tomar las mejores decisiones para nuestra vida.

Te cuento algo, en los registros bíblicos, nos cuentan cómo terminará este conflicto, y quien será el vencedor. ¿A quién le gusta perder? O ¿Te gustaría estar en lado ganador?

Y las buenas nuevas son que, Jesús es el que va a vencer.

Ahora ya sabes cuál es el lado ganador, que esperas para decirle a Jesús que si crees en él y quieres aceptarlo como Salvador y Señor de tu vida.

Querido amigo o amiga, te invito hoy a que tomes un momento de tu tiempo y empieces a reflexionar acerca de tu vida. Piensa y date la oportunidad de aceptar lo que Jesús te ofrece.

 


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