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Los imposibles de Dios Parte 3

Arquimides Castillo

Publicado 05/02/2019

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Es imposible negar  (Jonás 1:1-2; 3:1-2; 3:5; 1:16; 4:11)

Que Dios tiene un mensaje propio (Jonás 1:1-2; 3:1-2). El pecado trajo confusión y por eso el ser humano perdió el rumbo de su jornada, no pudiendo encontrar más el camino. Dios es el único que puede guiarlo nuevamente, y lo hace a través de su Palabra. Por esta razón la “Palabra del Señor vino a Jonás”. Escuche con atención, mi amigo. Cuando un mensajero se coloca delante de un auditorio simpático y deseoso de oír la Palabra de Dios, como ustedes, él no tiene el derecho de presentar otro mensaje a no ser el que Dios le dio para transmitir a sus hijos. La gente anhela ansiosa y perpleja el consejo de Dios, y no desea el razonamiento de personas falibles. Prefiere un “así dice el Señor” no “así dice el hombre”.
Una rápida consideración: Apocalipsis 14:6-12 abre nuestra comprensión para la realidad en este momento de la historia. Se están predicando dos evangelios, el falso y el verdadero. El verdadero tiene la firma de Dios y es proclamado con un claro y audible “así dice el Señor”. Pero queridos amigos, hay muchos vendedores de religión, aprovechadores, lobos vestidos con pieles de cordero, cuyo mensaje se basa en el “así dice el hombre”. Es triste encontrar a tanta gente siendo engañada con el pretexto de un curanderismo falso, propuestas indecentes de trueques de favores que involucran dinero y el nombre del Dios
Santo, líderes que se colocan en el centro de sus creencias, y dejan a Jesús y su Palabra a un lado (leer Mat. 7:21-27). El hombre prudente sigue el evangelio del Cordero.

Que este mensaje es transformador (Jonás 3:5; 1:16; 4:11) De los tres objetivos de Dios, dos demuestran arrepentimiento: los marineros y los ninivitas. Lo más terrible es que el libro termina con Dios trabajando aún en el corazón de Jonás, porque él se quedó muy chasqueado por la conversión de la ciudad de Nínive. A Jonás le faltaba comprender y aceptar una cosa: Dios es amor y este amor se extiende a todas las personas.
Que este mensaje es solemne y urgente  (1:2; 3:2) “Levántate”, esta expresión es la traducción del verbo hebreo “gum” que nos trae la idea de una partida rápida, refiriéndose a algo solemne y urgente.

Queridos amigos, no sabemos nada sobre el día de mañana, por eso la invitación de Dios tiene un toque de solemnidad y urgencia. La historia de Jonás muestra a un Dios que actúa con prisa y a un hombre que tarda demasiado. Hay un viejo himno que dice “Al terminar el trabajo de esta vida, cuando la muerte llegue a tu lado, que destino tendrás tú, mi amigo, cual será en el futuro tu hogar. Mi amigo hoy tienes la elección, vida o muerte cual vas a aceptar, mañana puede ser muy tarde, Hoy Cristo te quiere librar”.


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