Alguna vez te has realizado esta pregunta. Deberías de hacértela y tratar de dar una respuesta sincera que salga desde lo más profundo de tu corazón.
En cierta ocasión, habían cinco mil personas que habían seguido a Jesús, les gustaba la forma en que enseñaba, no era como los maestros de la época, sino que era una enseñanza que podían entender fácilmente.
La enseñanza era tan buena, que no se daban cuenta de que el tiempo pasaba tan rápido, que llegó la hora de comer. ¿Qué hacer?
Jesús, les pide a sus discípulos que les den de comer; ellos se preocupan por un momento, - Jesús tenía resuelta la situación desde antes - Encontraron a un niño con unos peces y unos panes, que después de la oración fueron multiplicados milagrosamente.
Muchas de estas personas se "Maravillaron" por este milagro; que vieron una "gran oportunidad" para seguir a Jesús.
Sus pensamientos se alejaron de las enseñanzas del Maestro y se enfocaron en la respuesta a su necesidad física que tenían en ese momento, de tal forma que su pensamiento se volcó a la idea de que Jesús debería ser su rey. Un rey que pudiera suplir sus necesidades físicas y materiales.
Nuestra realidad es simple, Jesús nos ofrece algo que el mundo no puede ofrecernos, Jesús nos ofrece la vida eterna como dice el Apóstol Pablo "...Más la dádiva de Dios es la vida eterna" (Romanos 6:23) nos damos cuenta de eso, el mismo Apóstol dijo "El reino de Dios no consiste en comidas y bebidas" (Romanos 14:17). Sino consiste en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Este grupo de personas siguió a Jesús hasta la ciudad, cuando lo encontraron, le hicieron ver sus propósitos. La respuesta de Jesús fue una analogía del pueblo de Israel , alimentado por Dios en el desierto con Maná - Pan del Cielo - Jesús los invitó a comer su carne y beber su sangre. No bajo un concepto caníbal, sino bajo el llamado supremo de hacer la voluntad de Dios.
Al recibir las enseñanzas no se pueden quedar sin responder, sin accionar. Debe haber una respuesta natural a esto, buscar siempre agradar a Dios y hacer la voluntad. Les ofreció la vida eterna, pero ellos respondieron con estas palabras "Dura es esta palabra ¿quién puede escucharla? (Juan 6:60).
Y muchos se dieron la vuelta y se fueron, incluyendo a algunos discípulos que lo habían seguido desde hacía tiempo.
¿Por qué sigues a Jesús? Quizás esperas un milagro, esperas que resuelva tus problemas financieros, familiares, de trabajo o de salud. El puede resolver todo esto y mucho más "Por que nada es imposible para Dios". Pero si el motivo por el cual sigues a Dios es algo material o físico, tienes que replantearte nuevamente la pregunta y tus intenciones para seguirlo, porque cuando venga la prueba quizás no tengas suficientes razones para quedarte a su lado y quizás podrías darle la espalda como lo hicieron esas persona que habían escuchado el mensaje y fueron alimentados por Jesús.
Jesús les pregunta a sus doce discípulos ¿Ustedes también quieren irse? esa misma pregunta te la hace Jesús hoy a ti, en estos momentos de incertidumbre, en el momento cuando el panorama se ve gris y el futuro incierto. ¿Tú también quieres irte?
¿Cuál es tu respuesta?
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Pedro respondió "Señor ¿A quién iremos? Si solo tu tienes palabras de vida eterna" (Juan 6:68) Te das cuenta que no tenemos a quien acudir, sino solamente a Jesús, él es el camino la verdad y la vida (Juan 14:6), por medio de él accedemos a la vida eterna, al recibirlo en nuestro corazón, al estudiar su Palabra y al compartir con otros las buenas nuevas de Salvación, estamos creando una relación que durará para siempre. Y a pesar que todo pueda verse mal, siempre caminaremos con Dios de la mano con Jesús.
Te invito hoy a que reflexiones sobre la pregunta de hoy, si ya le entregaste tu vida a Dios y aceptaste a Jesús como tu Salvador, trata de responder esta pregunta.
Si aún no te has entregado a Jesús, te invito a que lo hagas hoy, no dejes pasar más el tiempo.