Imaginate que eres un pastor de ovejas y en medio de la noche fría y oscura aparece una luz brillante sobre tu cabeza, todos tus compañeros también lo observan, se quedan atónitos de lo que esta ocurriendo.
De esa luz brillante, que poco a poco se va volviendo nítida la imagen, es un ángel que les dice:
“No teman, que les traigo una buena noticia, que será para todo el pueblo motivo de mucha alegría…”
¡Impresionante! Solo de imaginar esta escena, da un poco de temor (recuerda que estas en medio de la noche y en el campo) pero la frase encierra a la vez un mensaje de paz “No teman” para ese momento y para la actualidad.
¿Cómo te encuentras en estas fiestas de fin de año? Quizás estés disfrutando con tu familia y amigos, tengas listos los regalos que vas a compartir y también esperas que te regalen lo que siempre has querido, pero también puede ser que estas pasando por alguna dificultad y hace que las fechas pierdan el significado festivo.
Como estamos en este mundo inmerso de dolor, sufrimiento y maldad, no estamos exentos de padecer, en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia independientemente de donde vivamos, el dolor y sufrimiento puede llegar a nuestra puerta, entrar sin permiso y alojarse en nuestros hogares sin explicación alguna.
Por eso la frase dicha por el ángel del Señor aún hoy en medio de la algarabía de las fiestas o el dolor de las mismas, cobra un sentido especial que debería de resonar en nuestros oídos, “No temas”.
¿Por qué no debemos de temer?
Los pastores de ovejas recibieron la visita de los ángeles en medio de la noche, su primera impresión fue de temor, pero la noticia que iban a recibir era una noticia de traería “mucha alegría” para todos, incluyendo a nosotros hoy en día.
En estas fechas muchos de nosotros gastamos hasta lo último que tenemos para comprar los regalos para otros y para nosotros mismos, estamos pensando en esa maravillosa cena, los aperitivos y bebidas que vamos a disfrutar, pero es tiempo de hacer una pausa y detenernos por un momento y pensemos en esa gran noticia.
La mayoría de creyentes celebra la navidad, pero muy pocos se ponen a pensar cuál es el verdadero motivo de la celebración, hay muchos distractores a nuestro alrededor que nos envuelven en una espiral de consumismo, y dentro de todo este movimiento perdemos de vista el verdadero significado de la misma.
Dios había prometido que el pueblo iba a recibir un Salvador, muchos con el tiempo de olvidaron de esa promesa, algunos cuantos a través del tiempo permanecieron fieles a la misma y esperaban generación tras generación al venida de su Salvador.
Justo en ese momento de la historia a unos sencillos pastores de ovejas les fue revelado tal acontecimiento de gran importancia no solo para el pueblo de Israel sino para todo el mundo.
Esa noche no hubo fiestas, bebidas ilimitadas, aperitivos, manjares, regalos costosos, simplemente una pareja que recibió en un establo sucio y compartiendo el espacio con los animales que se resguardaban allí, con lo único que tenían para cubrir al bebe, con la poca comida que les había sobrado del viaje, los únicos que llegaron a ver a ese niño, fueron los pastores de ovejas que habían recibido la noticia:
“Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor”.
Esos pastores y los que tenían la esperanza del Salvador se emocionaron y quedaron en paz, libres de temor, porque la promesa se había cumplido esa noche.
Un Salvador que no los iba a librar de romanos, sino un Salvador que iba a librarlos del pecado, al igual que nosotros hoy, quizás estemos abrumados por las diferentes cargas que llevamos, a veces sentimos que no tenemos la fuerza suficiente para seguir caminando.
Pero esa promesa debería de sonar en nuestras mentes “No teman” a pesar de todo no debemos de temer, ese bebe creció y cumplió su misión con éxito, lo que nos permite tener la seguridad que nuestros pecados son y serán perdonados.
“Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”
esa promesa debería de estar presente en nuestras vidas, hoy más que nunca ¿Por qué? Porque el tiempo ya se esta cumpliendo y Jesús esta nuevamente pronto a venir por todos aquellos que lo han aceptado como su Salvador. ¿Qué estas esperando?
Te deseo que pases unas felices fiestas de fin de año y espero que tomes un momento para reflexionar sobre ese gran acontecimiento, que se dio en la primera navidad.