Cumplir años es emocionante, más cuando eres pequeño. Los regalos, la familia, los postres, los adornos, la música. Todo un acontecimiento.
¿Por qué celebramos? Celebramos la vida, celebramos que estamos creciendo, celebramos los cambios, hay muchas cosas que nos motivan celebrar un cumpleaños.
Cuando conmemoras el día de tu nacimiento, estar recordando que has pasado un año más en este mundo y durante ese año creciste (si estas en esa etapa de la vida), maduraste, te pusiste más viejo, en fin muchas cosas pasaron y todo eso es motivo de celebración.
En el mes de enero, estaba celebrando un año más de vida, hubo una cena familiar, todo alegre. Pero ese mismo día también recibíamos una noticia, un tío había fallecido en las horas de la madrugada.
Esa noche mientras compartíamos en la cena familiar, pensamientos encontrados venía a la mente, porque justo en ese momento nosotros celebrábamos la vida y en otro lugar cercano nuestros familiares se resignaban ante la muerte.
Eso me llevo a pensar en un texto que dice “Ciertamente, los que viven saben que un día morirán; pero los muertos nada saben ni nada esperan, porque su memoria queda en el olvido” (Eclesiastés 9:5), nos damos cuenta de eso, todos los que estamos vivos en algún momento hemos de morir, dicen algunos, que lo único seguro en esta vida es la muerte.
Eso motiva a pensar que debemos de vivir cada día al máximo, no pensando que en algún momento vamos dejar de existir, sino que poniendo todo el esfuerzo para que las cosa que hagamos, las hagamos bien y encontremos felicidad en cada detalle aunque a veces sea difícil.
Una buena parte de recursos del ser humano los utiliza para buscar como extender la vida, algunos con las dietas, con ejercicios, con terapias, etc. Todos buscamos vivir un poco más, aquí en Guatemala el promedio de vida es de 67 años, eso nos deja cortos, pero yo conozco a una pareja de esposos que están arriba de los 80 años ¡Guau! En total tienen 178 entre los dos.
¿Conoces a alguien de esa edad? Ojala podamos llegar nosotros a esa edad y para poder contar nuestros años y encontrar sabiduría.
Retomando, si sabemos que hemos de morir, debemos de pensar en hacer algo con nuestras vidas para crear un legado, para ser recordados en nuestro entorno.
Después de cenar acompañamos a nuestros familiares por unos momentos, tratando que nuestra presencia en ese lugar, reconfortara su estado emocional. Ya que nos encontrábamos dando la última despedida al cuerpo ya sin vida de nuestro tío.
Cuantas veces se repite y se repetirá esa escena, celebración de la vida, en ambos casos uno agradeciendo por un año más y otro recordando una vida completa.
Ahora todo termina allí, quizás sí ¿o no?
Hay algo más en lo cual quiero que puedas meditar, la muerte es como un sueño, es cuando nos dormimos profundamente, pero llegará un momento cuando seremos despertados, con una fuerte voz, que nos invitará a volver a casa, si a casa, en aquel momento seremos despertados y nos volveremos a reunir, los que en algún momento nos han separado las distancias o la misma muerte.
Estas listo para ese momento. Dice un texto, “El que tiene al hijo, tiene la vida” y si tenemos a Jesús en nuestro corazón, aunque estemos muertos viviremos.
¡Piensa y Reflexiona!