Muchos dicen que cuando se empieza un año, se recibe un libro con páginas en blanco para escribir nuestra historia en cada una de ellas.

Es emocionante pensar qué vamos a hacer en cada uno de los días que nos ofrece un año nuevo.

Cerramos un año con noticias para nada alentadoras, conflictos internacionales, conflictos nacionales, la realidad a nuestro alrededor se va complicando al pasar el tiempo.

Hablamos de un nuevo año, cada día tiene sus propios desafíos, en la actualidad muchas personas se están enfermando, sin una explicación aparente. Mucho se habla del estrés pero muy poco le ponemos atención, esté enemigo silencioso.

A muchos los agobia la ansiedad, de lo porvenir, decía alguien que la mayoría de nuestras preocupaciones nunca se van a materializar, sino que estarán solo en nuestra mente.

Allí la importancia de poder hacer nuestras las promesas que Dios nos ha dejado en su palabra. Por ejemplo en Mateo encontramos una invitación a enfrentar un día a la vez, nos dice la palabra.

“Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!” (Mateo 6:34)

Imaginemos por un momento el listado de tareas que tenemos que hacer en un día normal en nuestra vida, ahora con los dispositivos inteligentes, existen aplicaciones que nos permiten llevar nuestra agenda diaria y organizar las actividades para el día a día. Si tomamos un día al azar y vemos esas actividades, nos podríamos abrumar solo con ver la cantidad de cosas por hacer.

Eso sería normal, pero no nos basta, como estamos tan acelerados por el mismo ritmo que nos imprime el mundo, apenas empezando el día, empezamos a preocuparnos por las actividades que tenemos que realizar en los próximos días.

En ese momento debemos de recodar las palabras de Jesús “¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!” o sea que es suficiente con los problemas diarios. Debemos enfocarnos en lo que podemos hacer durante el día que estamos viviendo.

Si nos sentimos agobiados Jesús también tienen palabras para nosotros, que nos invitan a buscarlo.

“Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar.” (Mateo 11:28)

Nos hace la invitación para que podamos dejar nuestras cargas, agobios y toda nuestra vida en sus manos, piense por un momento en los problemas cuya solución está fuera del alcance de sus manos, allí es donde debemos de confiar en esta maravillosa promesa, de dejarle todo a él.

Nuestros problemas no desaparecerán por arte de magia, pero podemos iniciar cada día entregando nuestras vidas en las manos de Dios, y con fuerzas y esperanzas renovadas podemos enfrentar cada uno de los desafíos que se nos presenten en este nuevo año.

Puedes iniciar tu día, buscando un texto bíblico, que tenga alguna promesa para tu vida. Durante el resto del día puedes pensar en ese texto y mantener tus pensamientos conectados con del Dador de Vida, trata de formar un hábito diario con esta rutina.

Recuerda no estás solo, hay alguien que vela por ti.